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Las aguas subterráneas, la clave invisible frente al cambio climático

  • Aigua de Rigat promueve una gestión sostenible de este recurso fundamental para el futuro del planeta y de las personas.

Casi toda el agua dulce en estado líquido del mundo es invisible. Se encuentra oculta bajo la tierra en los llamados acuíferos, unos yacimientos subterráneos que constituyen la fuente de manantiales, ríos, lagos y humedales. Las aguas subterráneas permiten llevar la vida incluso a las zonas más áridas del planeta, donde pueden ser el único recurso hídrico al alcance de la población. Por eso, constituyen un tesoro oculto para hacer frente a los efectos cada vez más devastadores del cambio climático.

El Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo, lleva este año por lema “Aguas subterráneas: hacer visible lo invisible”. El objetivo es tomar conciencia de la importancia de protegerlas, ya que constituyen la base del suministro de agua potable y de los sistemas de saneamiento, además son un recurso natural básico para la agricultura, la industria y todos los ecosistemas naturales. El cambio climático, con sequías cada vez más frecuentes, aumenta el peligro de agotamiento de estas fuentes subterráneas de agua, especialmente en la cuenca mediterránea, una de las más afectadas por el calentamiento global. En Cataluña, la sequía ha provocado que las reservas de agua de los embalses se encuentren actualmente alrededor del 53 % de su capacidad.

Las aguas subterráneas constituyen a menudo la única fuente para el abastecimiento a pequeñas poblaciones. Y, en municipios grandes y medianos, aportan agua de forma regular a los recursos superficiales que ya disponen. Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve, que se infiltran en estos depósitos naturales a través del suelo. Uno de los mayores riesgos a los que hacen frente es la sobreexplotación, es decir, cuando se extrae, a través de pozos y otros sistemas, más agua de la que se puede recargar a través del ciclo natural. Esto es un problema que puede conducir al agotamiento de este recurso. Además, las aguas subterráneas pueden estar contaminadas por la actividad humana, lo que obliga a llevar a cabo procesos de regeneración que son largos y difíciles. En otros casos, lo que sucede es que desconocemos la cantidad de agua subterránea que se oculta bajo nuestros pies, por lo que desaprovechamos un recurso hídrico vital. 

Gestión avanzada y sostenible de los recursos hídricos

Aigua de Rigat, con casi 100 años de trayectoria en la gestión del agua y la salud ambiental en la Anoia, está comprometida con la preservación de todas las fuentes de agua, incluidas las subterráneas. En este ámbito, apuesta por una gestión avanzada y sostenible a partir de la optimización de la extracción de recursos. Además, supervisa el riesgo de sobreexplotación y promueve la recarga artificial de los acuíferos, lo que permite aliviar la presión sobre los ecosistemas hídricos.

La dependencia de la lluvia, así como la presión a la que están sometidas estas captaciones subterráneas, hacen que los pozos requieran un seguimiento continuo para su mantenimiento, rendimiento y optimización. Para realizar una gestión sostenible de los recursos hídricos, Aigua de Rigat ha implementado un innovador sistema de gestión avanzada, llamado AQUADVANCED® Well Watch, que permite controlar la disponibilidad hídrica de los pozos en tiempo real. Con el seguimiento de las captaciones de aguas subterráneas a través de datos que se muestran en tiempo real para visualizar la situación de los recursos del acuífero, se puede controlar la eficiencia de la captación y el rendimiento de la extracción del agua. El objetivo es evitar pérdidas de agua y averías, reducir la afectación en la ciudadanía en caso de incidencias o condiciones meteorológicas cambiantes, así como mejorar la eficiencia energética y garantizar un buen rendimiento de la explotación. Este sistema permite controlar la instalación de los pozos de Les Comes, una de las principales fuentes de abastecimiento de agua en la zona de Igualada y que tiene su origen en el acuífero Carme-Capellades.

Por ejemplo, uno de los sensores que controlan los indicadores de rendimiento se ha instalado en el pozo de Les Comes 5 y permite registrar los parámetros de profundidad del nivel de agua, caudales de bombeo, presión de impulsión y parámetros eléctricos. De este modo, se realiza un seguimiento de la explotación, se optimiza el rendimiento de los equipos y se puede adecuar a las condiciones meteorológicas (épocas de sequía o lluvias). Con ello, Aigua de Rigat puede planificar las operaciones de mantenimiento y reducir la afectación en la ciudadanía y en las explotaciones. Asimismo, esta herramienta de control ayuda a preservar las explotaciones, prolongar la vida útil de los equipos y optimizar el consumo energético.

La capacidad de innovación de Aigua de Rigat permite poner en práctica soluciones que mejoran la vida de la ciudadanía y la salud del planeta, con el objetivo de contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Por otra parte, gran parte de los acuíferos de Europa están en mal estado debido a la alta concentración de nitratos, causada principalmente por el uso de fertilizantes y productos fitosanitarios en las actividades agrícolas y ganaderas, lo que afecta a la calidad de las aguas subterráneas. Este es un problema común en las zonas costeras y que se aborda desde hace años en el Área Metropolitana de Barcelona, ​​concretamente en el Baix Llobregat. El acuífero del delta del río Llobregat es una reserva estratégica para Barcelona y su área metropolitana en períodos de sequía. Su uso intensivo para fines industriales y para el consumo humano provocó una degradación general del sistema del acuífero, lo que se tradujo en un descenso en la capacidad de almacenamiento y en la entrada de agua marina. Esta situación puso en peligro el suministro en la zona. Para revertirla, se construyó una línea de pozos para infiltrar agua regenerada procedente de la estación de regeneración de aguas (ERA) del Prat de Llobregat. La inyección de agua regenerada alimenta de forma sostenible el acuífero y actúa como barrera contra la intrusión salina.

El agua invisible es más valiosa que nunca. Nuestra misión es protegerla.